enero 18, 2023

Chew - Reseña

Diferente. Ese es el adjetivo perfecto para calificar a esta serie. Calificativos como original, divertida o carismática son los que suceden en la lista elogios que merece. John Layman (guion), Rob Guillory (dibujo) y Taylor Wells (color) son los culpables de que en el día de hoy hablemos de “Chew”, una de las obras maestras del cómic policiaco. 

Hace años que Planeta nos trajo esta obra de Image, pero, dado que recientemente ha publicado su edición integral, es la excusa perfecta para rememorarla y hablar de esta atípica serie.

La serie nos presenta a Tony Chu, un agente de policía con una habilidad muy peculiar: es un cibópata ¿Y eso qué es? Significa que al ingerir cualquier cosa posee la capacidad de visualizar el recorrido que dicho objeto ha realizado; es decir, si come una manzana visualiza el árbol en el que ha crecido, que fertilizantes utilizaron, etc. Esta es sin duda una habilidad muy ventajosa para un agente de policía a la hora de investigar un caso. Lo interesante sucede cuando no son solo alimentos lo que debe comer para lograr sus objetivos y resolver sus casos...Bajo esta premisa Layman construye un mundo muy rico, lleno de personajes con habilidades especiales muy diversas y pintorescas; eso sí, siempre relacionadas con la comida. 

Otro aspecto interesante a tener en cuenta es que el autor nos plantea una realidad alternativa, en la que la Gripe Aviar tuvo un impacto mucho mayor en la sociedad, dando como resultado que en este mundo esté absolutamente prohibido el consumo de carne de ave. Esto genera un paralelismo entre el consumo de pollo y de drogas bastante peculiar – en español el chiste es aún mejor –.

Además, a consecuencia de la pandemia del COVID-19, sin quererlo, los últimos años le han servido de revitalizante a la serie; ya que en ella vemos muchas situaciones que ahora nos son bastante familiares: negacionismo, conspiratoria... Quizá hoy en día no parezcan ideas tan originales, dado lo cercanas que se nos hacen; pero no debemos olvidar que esta es una historia escrita hace tiempo. Por lo tanto, es aún más admirable ver cómo estas situaciones se han convertido en realidad en unos pocos años.

Por otro lado, el apartado gráfico es espectacular. Se aprecia que Rob Guillory claramente es un dibujante de la escuela del indie americano; pero su dibujo tiene ciertas peculiaridades que lo hacen único. Se me hace difícil compararlo con cualquier otro dibujante de cómic – aunque le veo cierta similitud con la animación del videoclip de la canción “A Little Peace of Heaven” del grupo americano Avenged Sevenfold –.

Por su parte, el color de Taylor Wells complementa de una forma brutal este dibujo, dando un resultado cartoon pero con unos tomos un tanto apagados. Recuerda en ciertos aspectos a las series de animación de los años 90, pero con tomos un poco menos estridentes.

Definitivamente, es una serie que merece ser visitada. La lectura es muy ágil, ya que, aunque forma parte de un entramado mayor, cada capítulo es un caso diferente . Además, el uso del humor – un tanto negro a veces – hace que la serie sea muy divertida. Una vez se empieza, atrapa al lector y no puede parar de leer. 



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