Este auge no se ciñe exclusivamente al comic americano,
también en Europa se hacen grandes comics de terror; incluso en nuestro propio
país. No obstante, hasta el grandioso Juan Torres ha confesado verse
influenciado por los maestros del género en la actualidad: los mangakas
japoneses.
La interpretación que los nipones hacen del terror nos es
muy atrayente, pues difiere bastante de nuestra forma de expresarlo. En
occidente, los autores juegan con altibajos de dramatismo; es decir, en una
escena la tensión es brutal y en la siguiente relajan para que el lector pueda
afrontar el próximo pico de intensidad. Sin embargo, los japoneses cuentan la
historia con un agobio constante e in crescendo durante toda la obra.
Este es precisamente el caso de la obra que hoy analizamos.
Arechi Manga nos trae una de las obras que más fuerte
está pisando del terror japones escrita por Masaaki Ninomiya: “Gannibal”.
En ella nos presentan a Daigo Agawa, un agente de policía que
recientemente ha sido destinado a un pequeño pueblo: Kuge. El pueblo y
sus habitantes parece muy agradables a primera vista. Sin embargo, rápidamente
conocemos la trágica historia del jefe de policía al que Agawa sustituye;
y es que, nuestro protagonista acude al pueblo porque su principal agente ha
desaparecido en extrañas circunstancias, según parece a causa de la locura.
Antes de desaparecer, la demencia lo condujo a generar el rumor de que los
lugareños eran caníbales. No obstante, poco a poco Daigo Agawa va
descubriendo que el pueblo esconde más de lo que dice y que, a lo mejor, su
sucesor no estaba tan loco como parecía…
La constante incertidumbre hace del guion un gran ejemplo de
lo arriba expuesto. Genera en el lector una tensión constante que va en aumento
según avanza la trama. Además, los acontecimientos que se desarrollan en el
comic – sin ánimo de entrar en mucho spoiler – están dispuestos de una
manera muy inteligente, dosificando la información en la justa medida para que
el lector quede absolutamente enganchado.
Por otro lado, el dibujo de Ninomiya es una autentica
maravilla. Puede ser excesivamente explicito y desagradable en ciertos pasajes;
aunque supongo que esa es la meta a lograr en un tebeo de esta temática. Lo más
impactante es el uso de las expresiones faciales; cómo transmite esa doble
sensación de que los personajes están fingiendo amabilidad y, a su vez, se
aprecia que en el fondo ocultan unas intenciones perversas.
La serie está cerrada ya en japón. En España por el momento
tenemos 3 números publicados y la serie no hace más que mejorar; por lo que
deberemos seguir viendo cómo evoluciona. Eso sí, si el nivel se mantiene, tiene
potencial para convertirse en una obra de culto. Un imprescindible para los
amantes del género.