Al tratarse de la secuela, Garth Ennis vuelve a
recurrir al mismo equipo creativo de la tercera entrega: Carlos Ezquerra
a los lápices y Tony Aviña a los colores. Esto es de agradecer,
ya que así se le otorga una continuidad mucho más fiel al relato anterior.
“La Luciérnaga y Su Majestad” nos sitúa unos cuantos
meses después de los hechos narrados en “Battlefields: Los Tanquistas”,
cuando los aliados empiezan a conquistar las tierras de la Alemania occidental.
El recién ascendido sargento Stiles tiene una nueva tripulación y un
nuevo tanque, con un cañón capaz de destruir cualquier Tiger. Su sed de
venganza y el atisbo de la victoria sobre los alemanes le proporciona una
determinación que nunca antes había vivido. Pero, los alemanes le demostrarán
que no se darán por vencidos, así como así…
Paralelamente conocemos a uno de los últimos reductos del
ejército alemán que poco a poco se baten en retirada. Este reducto cuenta con
un único as en la manga: un tanque King Tiger, más potente y blindado
que el Tiger usual. La historia nos cuenta una juego del gato y el ratón
que culmina con el duelo entre los dos gigantes acorazados.
Hay varios elementos que juegan a favor de esta mini-serie y
que hacen que se convierta en una de las mejores hasta ahora. El enfoque más
simplista que su predecesora hace que la historia hable por sí misma y que
quede más claro qué se nos quiere contar. El hecho de reutilizar personajes tan
icónicos como el geordie Stiles, y el no querer ahondar en la nueva
tripulación de este hacen que empaticemos mucho más con ellos y que la historia
no se emborrone tal y como ocurría en “el Valle Feliz”.
Por otra parte, es digno de admirar como Ennis
refleja las diferencias ideológicas y metódicas entre los ejércitos aliados y
el nazi en pequeños detalles colados con una sutileza magistral durante todo el
pasaje. Son precisamente este tipo de elementos los que hacen del irlandés un
guionista excepcional y uno de los mejores autores de su época.
Quizá, como punto negativo, se podría remarcar que
nuevamente se prescinde de una explicación y contexto al final del tomo (al
igual que sucedía en el tomo anterior). En cualquier caso, en este está algo
más excusado, ya que se trata de una secuela de otro tomo que sí que contaba
con ese desarrollo contextual.
Una entrega muy recomendable de “Battlefields” que, sin ser “Querido Billy”, sí que cuenta con un apartado algo más reflexivo además de la acción. Un comic que trae la serie de nuevo a flote con un soplo de aire fresco tras el bajón en el tomo anterior.
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