junio 09, 2023

Feroz - Reseña

El comic es un medio que poco a poco parece estar cambiando del nicho al pópulo. Quizá no se encuentre tan al alza como pueda parecer dado el aluvión cada vez más grande de novedades semanales – aunque eso es un tema para otro debate –. Sea como fuere, la realidad es que cada vez son más las editoriales que deciden abrir sus puertas y aportar su pequeño granito de arena a la industria. Este es el caso de, por ejemplo, Harriet Ediciones.

Esta editorial fue creada hace ocho años por el donostiarra Gregorio Muro «Harriet», autor y guionista de cómics, para publicar y ensalzar el comic nacional y, a su vez, el comic vasco. Del mismo modo, es un modo de traer al mercado español las obras que el autor ya ha publicado en el mercado europeo. Un ejemplo de ello es la última obra publicada por la editorial, y la obra de la que hablamos hoy “Feroz”.

Publicada originalmente por Glénat, “Feroz” llegó a las librerías españolas por primera vez el 9 de febrero, y el 7 de marzo en euskera bajo el nombre “Anker” (cuya traducción se asemeja más a “cruel” o “maligno”). Para esta historia Harriet se alía con el dibujante bilbaíno Alex Macho y con el colorista Garluk Aguirre, con quienes ya había trabajado en “Vergüenza y Olvido”.

“Feroz” nos sitúa en Krai de Primorie, en las fronteras entre Rusia, China y Corea del Norte; y nos cuenta un relato sencillo pero muy intenso. El eje central es cómo un tigre siberiano se dedica a cazar humanos en esta región cada vez más asolada por la presencia del hombre.

Cómo veis nada muy distante de las películas de domingo por la tarde. Sin embargo, Harriet añade ciertas subtramas que le dan un claro distintivo sobre estos telefilmes. Por ejemplo, se nos cuenta como esta región, que subsiste gracias a la explotación maderera, está controlada realmente por las mafias chino-rusas; o, vemos como un grupo ecologista está luchando para liberar esa región del yugo y de las banalidades que la mafia está realizando allí. Todas ellas están integradas en la trama de una manera absolutamente deliciosa; pero hay una “trampa” – que hace que la historia gane aún más interés –, está basada en hechos reales.

Por si esta historia no fuera suficiente por sí sola, no se puede más que alabar su apartado gráfico. El estilo BD de Alex Macho es digno de admirar, con todo lujo de detalles y una definición abismal en rasgos faciales, expresiones, entorno… Dibujo que se complementa exquisitamente con el color en acuarela de Garluk Aguirre, que retrata muy bien el paisaje nevado y la influencia que ello tiene tanto de día como de noche.

Haciendo referencia esa frase tan pedante, este tebeo no te va a cambiar la vida ni inventa la rueda; pero sí que merece darle una oportunidad, ya que nos cuenta una historia real – o medianamente, pero no os voy a desvelar la comparación – convertida en un thriller trepidante y fresco. Una transformación al comic de una película de domingo tan buena que podríamos pasarla al viernes por la noche.

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