Esta editorial fue creada hace ocho años por el
donostiarra Gregorio Muro «Harriet», autor y guionista de cómics, para
publicar y ensalzar el comic nacional y, a su vez, el comic vasco. Del mismo
modo, es un modo de traer al mercado español las obras que el autor ya ha
publicado en el mercado europeo. Un ejemplo de ello es la última obra publicada
por la editorial, y la obra de la que hablamos hoy “Feroz”.
Publicada originalmente por Glénat, “Feroz”
llegó a las librerías españolas por primera vez el 9 de febrero, y el 7 de
marzo en euskera bajo el nombre “Anker” (cuya traducción se asemeja más
a “cruel” o “maligno”). Para esta historia Harriet se alía con el
dibujante bilbaíno Alex Macho y con el colorista Garluk Aguirre, con
quienes ya había trabajado en “Vergüenza y Olvido”.
“Feroz” nos sitúa en Krai de Primorie, en las
fronteras entre Rusia, China y Corea del Norte; y nos cuenta un relato sencillo
pero muy intenso. El eje central es cómo un tigre siberiano se dedica a cazar
humanos en esta región cada vez más asolada por la presencia del hombre.
Cómo veis nada muy distante de las películas de domingo por
la tarde. Sin embargo, Harriet añade ciertas subtramas que le dan un
claro distintivo sobre estos telefilmes. Por ejemplo, se nos cuenta como esta
región, que subsiste gracias a la explotación maderera, está controlada
realmente por las mafias chino-rusas; o, vemos como un grupo ecologista está
luchando para liberar esa región del yugo y de las banalidades que la mafia está
realizando allí. Todas ellas están integradas en la trama de una manera
absolutamente deliciosa; pero hay una “trampa” – que hace que la historia gane
aún más interés –, está basada en hechos reales.
Por si esta historia no fuera suficiente por sí sola, no se
puede más que alabar su apartado gráfico. El estilo BD de Alex Macho es digno
de admirar, con todo lujo de detalles y una definición abismal en rasgos
faciales, expresiones, entorno… Dibujo que se complementa exquisitamente con el
color en acuarela de Garluk Aguirre, que retrata muy bien el paisaje
nevado y la influencia que ello tiene tanto de día como de noche.
Haciendo referencia esa frase tan pedante, este tebeo no te va a cambiar la vida ni inventa la rueda; pero sí que merece darle una oportunidad, ya que nos cuenta una historia real – o medianamente, pero no os voy a desvelar la comparación – convertida en un thriller trepidante y fresco. Una transformación al comic de una película de domingo tan buena que podríamos pasarla al viernes por la noche.
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