Esta obra es el primer trabajo en el mundo del comic de Louise
García, autora originaria, precisamente, de Río de Janeiro; por lo que la
realidad que nos retrata le es bien conocida. Junto con el dibujante Corentin
Rouge, presenta esta historia en la editorial francesa Glénat
en el 2016. Esta se compone de cuatro álbumes, los cuales Norma Editorial
nos ha integrado en un único álbum integral recientemente – la cual, desgraciadamente,
no tiene tantos extras como nos tiene malacostumbrados la editorial –.
El epicentro sobre el que se desarrolla la historia es la
favela de Beija Flor, en la que dos niños, Rubeus y Nina,
asisten al asesinato de su madre, Alma, a manos de un policía. Ante esta
situación, ambos niños deciden escapar de la favela, y comenzar a vivir
mendigando por las calles de Río de Janeiro junto a un grupo de niños en su
misma situación.
A su vez, se nos presenta a una pareja de estadounidenses
con intención de invertir en Río. En poco tiempo la pareja consigue adoptar a
los dos protagonistas, y así les ofrecen la oportunidad de vivir una buena
vida. Pero, de alguna manera, Beija Flor les llama a permanecer en sus
calles, sin poder escapar de su origen...
Paralelamente, se desarrolla la historia del policía que
asesina a la madre al comienzo de la historia. Vemos su vida en el día a día,
su afán de escalar puestos en el cuerpo, cómo se entrelaza con las altas
esferas del país y como con los inversores americanos. Esto último nos enzarza en
un triángulo de intereses, que no hace más que retratar cuán corrupto está
Brasil, y en especial Río de Janeiro.
Por si fuera poco, la trama añade un elemento más; y es que
vemos que tanto la muerte de Alma, como el destino de los dos niños, parecen
estar marcado por un rito chamánico realizado por una de las vecinas de la
favela al inicio del tebeo. Esto hace que quede absolutamente incierto qué es
lo que motiva los sucesos de la historia ¿es la situación sociocultural del
país? ¿o son las fuerzas del demonio conspirando?
Las peores críticas que ha recibido la obra se han
sustentado en este último elemento, ya que muchos lectores esperaban que esta
fuera una obra absolutamente terrenal. Sin embargo, recordemos que la autora es
brasileña. Siendo Sudamérica sede de los máximos exponentes del realismo mágico
como Gabriel García Márquez o Carlos Fuentes, cabe esperar que la
mayoría de las obras de las que Louise García se ha nutrido trabajen
este tipo de conceptos mágicos; pudiendo ser este un homenaje o guiño a esas
obras.
En cualquier caso, el guion es una absoluta obra de arte. Louise
ha conseguido intercalar una cantidad ingente de elementos (política, sociedad,
crimen, ritos chamánicos…) con un sentido y una coherencia impresionantes. Muy
inteligentemente, García se centra en una temática diferente en cada uno
de los cuatro álbumes. Por el contrario, cada tomo está separado por elipsis de
tiempo, lo cual puede resultar un poco tedioso para el lector. No obstante, el
guion se encarga bastante bien de situar y contar lo que no se ve.
Dado que se abordan tantos temas, los personajes tienen que
actuar en muchos y muy diferentes ámbitos, dándoles así muchas capas de
complejidad. El resultado de esto es una buena cantidad de personajes
verdaderamente interesantes y tridimensionales (y no solo los protagonistas); lo
cual nos deja un retrato bastante completo de la cultura y situación de Rio de
Janeiro.
Por su parte, el acabado de Rouge es impecable. Es un
tipo de dibujo muy particular, porque no trata de parecer realista, pero añade
muchos detalles que hace que cada elemento tenga sus toques distintivos,
especialmente los personajes. De este modo, obtiene un estilo que se acerca a
otros dibujantes franceses de la BD más clásica, pero le da un toque personal
diferenciador que va un pasos más allá.
Un ejemplo de esos distintivos detalles son los dientes. Los
dientes de los personajes son muy esclarecedores, ya que cuentan más de lo que
parece. El padre adoptivo de Rubeus – que no sé si de manera
intencionada, pero parece estar inspirado en Willem Dafoe – tiene una
dentadura perfecta, lo cual nos dice que es una persona adinerada. Rubeus,
por el contrario, tiene una buena dentadura, pero no es perfecta; lo que denota
que ha nacido en la calle pero que no ha crecido toda su vida en la pobreza. En
cambio, si miramos la de cualquier niño de la calle, no tiene un diente en su
sitio.
Por último, hay que hablar sobre el remarcable uso del
color, ya que es el sustento sobre el que genera la atmosfera de cada escena.
Un ejemplo, no muy desvelador, es la constante de mostrar al Cristo Redentor de
Rio en cada primera página de cada tomo (o capitulo en esta edición de Norma).
La Imagen es la misma, pero la paleta de colores es diferente en cada una de
ellas, creando un entorno completamente diferente y dando una idea de qué se
puede esperar en cada uno de los tomos.
Como se puede apreciar, este es un comic excepcional que no
deja a nadie indiferente. Un dibujo para enmarcar, tanto por narrativa como por
su acabado. Un guion muy sólido, muy completo y complejo; con el añadido de que
es la primera historieta de su autora, las que vengan en el futuro serán más
que bien venidas. Sin duda uno de los bombazos del año.
Escuchando el podcast de Tomos y Grapas, me a hecho gracia ver que no soy el único que ve el razonable parecido con Willem Dafoe xD
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