Para “Soy su Silencio” el artista catalán ha confeccionado
el personaje de Eva. Eva es una psiquiatra titulada que, por algún motivo, ha
perdido su licencia y con ella su capacidad para ejercer. Por ello se ve
arrastrada a ir a la terapia del Dr. Llull, que será el encargado de redactar
un informe del estado psicológico en el que Eva se encuentra ella (y que sea lo más
favorecedor posible para la autoridad pertinente).
Durante la sesión, Llull le pedirá que le cuente cómo ha ido
su semana, y es entonces cuando Eva le contará (nos contara) cómo se ha visto
inmiscuida en medio de un sospechoso asesinato, y cómo ha dedicado sus últimos días
en cuerpo y alma a la investigación por desenmascarar al asesino.
En esta obra, Lafebre ha decidido desmarcarse de su anterior
trabajo y nos ha querido ofrecer una historia al más puro estilo de las novelas
de Agatha Christie. Esto me parece un absoluto acierto, ya que la
mayoría esperaba leer un segundo “Carta Blanca”; algo que no hubiera dejado
satisfecho a casi nadie, seguro. A cambio, nos ofrece un thriller con un nuevo
y gran personaje, apto para todo tipo de lector (novel o experimentado).
Por otro lado, se sirve del elemento psiquiátrico para
tratar la salud mental. Como punto negativo de la obra diré que creo que esta
parte queda un tanto desdibujada, y que se podría haber tratado en mayor
profundidad. Por ello, me sumo a las innumerables peticiones de que se continúen las
aventuras de este personaje. En este sentido quedan muchas incógnitas a lo largo de la obra y estaría bien poder visitar el pasado y el futuro de Eva con
mayor contundencia. De este modo podríamos esclarecer estas incógnitas y se podría tratar con mayor amplitud ese apartado psicológico.
En cualquier caso, no os dejéis engatusar, “Soy su Silencio”
es una muy buena obra, apta para todo tipo de público, y, al igual que con
cualquier obra de su autor, no hay que perdérsela. En definitiva, Jordi Lafebre
ha llegado a un punto en su carrera en el que no necesita presentación alguna.
Se ha convertido en un sinónimo absoluto de calidad y “Soy su Silencio” solamente
realza esta afirmación.