Antes de comenzar con el análisis la obra, me gustaría hacer
un pequeño apunte sobre la edición. Para sorpresa de todos, este trabajo nos
llega de la mano de Yermo Ediciones, editorial que no había tratado
con anterioridad en el blog. Es normal que así haya sido, ya que esta editorial
acostumbra a publicar títulos muy enfocados a la fantasía, la cual digamos que “no
es mi taza de té”. No obstante, parece que Yermo Ediciones ha
manifestado su intención de abordar una mayor variedad en sus próximos títulos,
y así lo demuestran con algunos de sus últimos lanzamientos.
"En los Vestuarios" es como una obra de teatro en
la que el protagonista, no es una persona sino un vestuario masculino – imagino
que por la parte que le toca – de instituto. En él conoceremos las dinámicas de
una clase de adolescentes en plena efervescencia hormonal. Le Boucher utiliza
este contexto para adentrarse y explorar las relaciones entre los más jóvenes,
el sentimiento de pertenencia al grupo, cómo eso es lo más importante del mundo
a esas edades; pero sobre todo se vale de este entorno para ahondar en el “bullying”.
Parece que el autor parisino ha dado con las claves de cómo
el acoso escolar se desarrolla en las aulas, cómo la victima no tiene que
cumplir un determinado perfil para serlo y cómo las tornas se pueden cambiar en
cualquier momento. Se evidencia que, en cualquier momento, el acosador se puede
convertir en el acosado y viceversa.
Es verdaderamente difícil retratar lo que nos quiere contar Le
Boucher en esta obra, pues se sustenta en sentidos muy primarios impresos
en lo más profundo de nuestro ser. Demuestra una capacidad de síntesis y un
talento innato para contar historias de carácter humanista fuera de lo común.
Más impresionante aun cuando nos damos cuenta de que estamos hablando de una de
sus primerísimas obras, escrita con apenas 25 años. De modo que no alcanzo a
entender las críticas negativas que recibe el tebeo. Obviamente no tenía su
estilo tan desarrollado en esta época, pero es que hay que valorar cada obra en
su contexto.
Otra fuente de duras críticas es el dibujo, pero creo que
recaemos en lo mismo una vez más. El lector medio espera que el francés hubiera
tenido la misma destreza aquí que en “47 cuerdas”; pero me temo que es
imposible. En “En los Vestuarios” tiene un estilo más sucio, menos preciso que,
conociendo su nivel actual, nos puede dar sensación de inacabado. No obstante,
estoy seguro de que, si sus obras nos hubieran llegado en la cronología
correcta, las criticas no serían tan destructivas.
Si nos enfrentamos a esta obra teniendo claro que entre este
Timothé Le Boucher y el que conocemos hoy hay siete años de diferencia,
la sorpresa será inmensa. En cuanto a guion, es posiblemente la mejor obra que
se ha hecho nunca sobre el lado más oscuro de la adolescencia; y, en cuanto a
dibujo, la narrativa es correcta. ¿Es cierto que hoy en día Le Boucher
hace obras más preciosistas? Es cierto. Pero eso no quiere decir que esta es
una mala obra.