septiembre 18, 2023

La Balada del Norte - Reseña

Alfonso Zapico, historietista e ilustrador freelance, nos ha querido brindar un pedacito de historia mediante estos cuatro tomos que componen “La Balada del Norte”. Con esta obra el asturiano ha retratado – y estoy seguro de que a muchos les ha dado a conocer por primera vez – los episodios sucedidos del 5 al 19 de octubre de 1934 en Asturias: la huelga que desembocó en revolución. Un suceso histórico complejo, oscuro e incluso tapado – o mejor dicho dulcificado – durante muchos años por el régimen que le sucedió.

Para situarnos rápidamente, hablamos de los años 30 del siglo pasado, por lo que la industrialización de las áreas tradicionalmente rurales marca fuertemente el contexto español. Aquí, en el norte de España, la industria minera jugó un papel muy importante con la sustracción de hierro y carbón. Ir a picar a la mina siempre ha sido duro, eso no ha cambiado nada; pero hace 100 años los trabajos no estaban reglados como hoy en día, por lo que la precariedad que la mina ofrecía rozaba la esclavitud. Jornadas interminables bajo tierra a cambio de salarios que no darían para alimentar a un perro, sin protección o seguridad era el pan de cada día de los trabajadores. A largo plazo, esta situación llevó a los trabajadores a ponerse en una huelga tan severa que desemboco en la rebelión contra el sistema, siendo Asturias la zona en la que más fuertemente cuajó.

En este contexto absolutamente real de la situación que vivía España, es donde nos sitúa Zapico para contarnos la historia. No obstante, él nos sitúa en la aldea ficticia de Montecorvo, lo cual creo que es un absoluto acierto como comentaré más adelante. En ella conocemos dos historias paralelas que se irán entrelazando. Por un lado, conocemos a Tristán, hijo del marqués de Montecorvo (y, por tanto, heredero de la compañía minera), que, tras una juventud alocada en Madrid, es diagnosticado con una grave enfermedad y decide volver a su pueblo a pasar con su padre sus últimos días. Por otro, conocemos a Apolonio, trabajador en la cuenca minera de toda la vida y cuya hija, Isolina, es doncella en cada del marqués. Como vemos dos personajes de dos estratos sociales opuestos a los que los eventos arriba mencionados les afectarán de distinta manera y cuyas decisiones los llevarán a desenlaces muy distintos.

Decía que considero un acierto presentar un pueblo ficticio bajo un contexto real por la objetividad que eso consigue. Siendo sinceros, para hablar de historia de España del siglo XX es prácticamente imposible no posicionarse de ningún modo. Sin embargo, utilizar personajes irreales para contarla evita poner nombres y apellidos de personas con las que se pueda simpatizar más o menos; dando como resultado la posibilidad de abstraerse un poco más de la realidad. Y creo sinceramente que el asturiano ha conseguido plasmar de manera bastante objetiva este episodio, con las barbaries de un bando y el otro.

No obstante, el mayor logro de este tebeo es que consigue demostrar una verdad como un templo: las bases para la Guerra Civil Española se consolidaron en este conflicto. Esto es una realidad con muchos detractores; y, sin embargo, aquí se aprecia perfectamente como socialistas, comunistas e incluso anarquistas empiezan a aliarse para conseguir un objetivo. Vemos como es el ejército de África (quien dos años más tarde sería el golpista) el encargado final para disuadir la revolución; y, a su vez, Zapico retrata maravillosamente la polarización de la sociedad de la época, dejando palpable la imposible reconciliación de las partes implicadas en el conflicto al final de la historia.

Algunos critican el dibujo “feísta” de este tebeo, lo cual es cierto, no es el dibujo al que nos tiene acostumbrado el comic mainstream americano. No obstante, la narración es estupenda y, personalmente, el acabado de los personajes me funciona. Además, los entornos de Oviedo o Madrid (que son los que sí existen) son perfectamente reconocibles si has estado allí; con lo que es evidente que es otro caso más de confusión entre dibujo sucio y mal dibujo.

Nunca, o pocas veces, lo digo de un tebeo, pero este es de obligada lectura. No solo porque creo que su historia es buena, trepidante y entretenida; sino porque va más allá y nos recuerda una lección. Una lección de historia que debería enseñarse en todas las escuelas. Una lección por muchos olvidada, que nos enseña de donde venimos en este país y errores cometidos en el pasado. Una historia que por olvidada nos recuerda demasiado al contexto de la España actual.

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