El Corazón de Hojalata: Ruyna, Cyrano y Yo - Reseña

Es evidente que la extrema sensibilización con diversos temas controvertidos ha supuesto un detrimento para el público infantil. No se me malinterprete, la atención a la diversidad o la inclusión de colectivos es algo absolutamente necesario. Lo que está claro es que, por mucho que nos pese, no siempre fue una prioridad; y el no querer mostrar al público cuáles eran las prioridades en el pasado puede suponer un problema.

Cada vez son más las empresas audiovisuales que han adoptado la política de mostrar paneles informativos al inicio de sus productos más antiguos para desacreditar muchos de los valores que estos promueven. Esto tiene su sentido, pues la sociedad evoluciona, y lo que hace años se veía con buenos ojos, quizá hoy no sea tan bien recibido. Por ello, hay que enseñar a los más pequeños de la casa qué valores son correctos, y cuáles han quedado en el pasado; pero ¿es correcto ir más allá y censurar?

En varias ocasiones, además de mostrar el panel inicial, la productora ha optado por meter la tijera a escenas que se consideran excesivamente incorrectas. Pero ¿es esa la manera correcta de enseñar? Las personas no asimilamos información nueva por su omisión. Para saber que algo está mal, tenemos que recibir esa información, comprenderla, asimilarla e integrarla; y para ello es crucial comprender el porqué de su incorrección y, en su caso, por qué antes no lo era. Por eso, la censura, aunque sea bien intencionada, nunca es buena.

Sin embargo, da gusto ver que hay gente dispuesta a enseñar el lado más oscuro de la realidad, y hacer una gran historia a pesar de él. BéKa (guion), José Luis Munuera (dibujo) y Sergio Sedyas Román (color) nos presentan este relato retro futurista en la que una madre vende el robot niñera de su hija. La pequeña en cuestión es una niña solitaria, sin amigos y con una madre prácticamente ausente; por lo que el robot es como una madre para ella. Por ello la niña se dispone a buscarla para traerla de vuelta.

La historia es una aventura infantil perfecta para todo tipo de niños; con moraleja y enseñanzas muy duras en ocasiones, pero muy ilustradoras. Además, el dibujo es absolutamente precioso, con una muy fuerte carga de narrativa. No obstante, esta historia tiene una segunda lectura para el público un poco más adulto.

Existe un claro paralelismo entre los robots de esta historia y los esclavos del sur de Estados Unidos de la segunda mitad del siglo XIX, lo cual le añade una cierta crudeza al relato. Incluso se hace referencia a hechos históricos reales muy oscuros y relacionados con la opresión a los afroamericanos, como la “Masacre de Tulsa” (1921), la cual se adapta al entorno y contexto de este relato.

Realmente ha sido una más que grata sorpresa descubrir un tebeo con tanta fuerza, con dos lecturas posibles y ambas tan bien construidas. Una historia perfecta para todos los lectores de cualquier edad que divierte y enseña. Para mí una verdadera obra maestra del cómic europeo.