En este tebeo, su autor, Guillaume Singelin, nos
brinda una historia de ciencia ficción, sustentada sobre una base futurista en
la que la humanidad se ha adueñado de todo el sistema solar y explota todos sus
planetas para su beneficio. Aclaro que no queda muy claro si es del todo así,
pues a excepción de la tierra el resto de los planetas reciben otro nombre;
algunos de ellos la variante de su nombre entre latín y griego.
En este contexto, nos presenta una serie de personajes cuya
intención es oponerse a este capitalismo gobernante. Sin embargo, opino que
este mensaje queda un tanto desdibujado. Creo que la historia se sustenta
demasiado en el costumbrismo, y que el lector acaba por plantearse qué está
leyendo sin saber muy bien la respuesta. Además, los personajes tienen sus
características y no están mal desarrollados del todo, pero diría que tienen
más potencial del que realmente se explota.
No obstante, su dibujo es perfecto. Un estilo muy manga,
pero con una narración propia de los mejores autores europeos. El detalle en
cada viñeta es sobrecogedor, y la caracterización de todos los personajes (esas
características tan Funko Pop podríamos decir) hacen de la lectura una
experiencia extremadamente agradable.
En cuanto a su historia, tampoco me ha parecido nada
espectacular. Entretenida, pero nada más que eso. Su dibujo, por el contrario,
es una absoluta obra de arte digna de ser admirada. Eso es precisamente lo que
me lleva a recomendarlo fortísimamente como altamente indispensable.
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