febrero 26, 2024

La Bomba - Reseña

Una crítica cada vez más extendida al producto de carácter histórico es su fidelidad para con la realidad. ¿Acaso debe ser una película, una novela o un tebeo 100% fidedigna con la realidad? Ante este acalorado debate creo que la respuesta es clara: depende.

No todos los productos con ambientación en nuestro pasado tienen como objeto el estudio y la divulgación del suceso que cuentan. De hecho, la mayoría de las veces utilizan la historia para dar contexto, y a raíz de este construir una ficción. Lo fascinante del debate es que todos somos selectivos: si todos somos conscientes de que Wonder Woman no participó en la Primera Guerra Mundial, o de que el Capitan America no participó en la segunda ¿Por qué nos llevamos las manos a la cabeza al ver estribos en los caballos de Gladiator o al ver armas de acero en Troya? De los primeros se entiende que son productos de entretenimiento puro, mientras que de los segundos por algún motivo se espera que sean video documentales; pero es que sus creadores no buscaban eso. Tanto Ridley Scott como Wolfgang Petersen buscaban ser el nuevo blockbuster de éxito y llenar las salas de cine. Por tanto, como en todo, depende. Depende de cuál es la intención con la que se ha creado el producto que recibimos.

A esto – y a carácter personal – añado que un blockbuster puede no ser fiel si disponemos de productos que sí que lo sean. Volviendo al ejemplo anterior, yo veo bien que el Capitan America luche en la Segunda Guerra Mundial, siempre y cuando yo tenga un producto que me cuente qué pasó exactamente en aquellos años. Productos como los que valoramos hoy.

“La Bomba” ha sido uno de los tebeos revelación del año pasado. Pese a que se publicara hace dos, el fenómeno de la última película de Chistopher Nolan, “Oppenhemimer”, llevó a muchos lectores a acercarse a esta obra. Y no es para menos, pues si a la película te acercabas con animo de pasar un buen rato y aprender algo de historia, ambas se superan con este tomo.

En este tomo Didier Alcante (guion), Laurent-Frederic Bollée (co-guionista) y Denis Rodier (dibujo) nos sumergen de lleno en la carrera nuclear durante la Segunda Guerra Mundial. Un claro ejemplo de producto hecho con la intención no solo de divertir sino de enseñar. Nos llevarán de la mano del uranio desde que se extrae hasta su trágico final en Hiroshima y Nagasaki, pasando por los estudios previos a la guerra, el proyecto “Manhattan”, espionajes, sabotajes…

La historia a grandes rasgos la conocemos todos, pero hay muchos entresijos que al gran publico se nos escapan. No quiero desvelar ninguno que afecte directamente a la trama, por lo que voy a mencionar uno que conocemos en las primeras páginas de la obra y cuyo desconocimiento llega a sorprender: Leó Szilárd. Szilárd fue un físico húngaro que emigró a estados unidos antes de la guerra dadas sus raíces judías. A él se le atribuye el descubrimiento de los neutrones secundarios que son capaces de realizar la fisión en cadena. En otras palabras, sin su descubrimiento nunca se hubiera podido imaginar la fisión nuclear. A lo largo de la obra podemos llegar a intuir porqué hoy en día nos es conocido, pero como él existen un montón de elementos sobre ellos que la obra arroja algo de luz.

Es absolutamente abrumador lo llevadera, entretenida y dinámica que es esta obra. Más aun teniendo en cuenta la cantidad de tramas, subtramas y personajes que nos presentan. Todo ello datado y retratado maravillosamente. Realmente al finalizarla creo haber aprendido muchísimas cosas nuevas sobre la bomba atómica y sin duda he pasado un rato increíble. Más de 100.000.000 de personas vieron “Oppenheimer” en el cine. Por tanto, este tebeo tiene más de 100.000.000 de potenciales lectores, y se lo recomiendo a cada uno de ellos. 

febrero 19, 2024

Bloodshot: Desatado - Reseña

Cuando se piensa en comic de superhéroes es natural pensar en Marvel o DC como dueños hegemónicos del género. Sin embargo, a finales de los años 90 y principios de los 2000 una nueva marca salto al panorama superheroico bajo el nombre de Valiant Entertainment en busca de hacer fortuna en él.

Lamentablemente, en nuestro país estas cabeceras han sido fuertemente maltratadas, y a consecuencia no son tan conocidas como en otros países. Muchas han sido las editoriales convencidas de insertar estos títulos en España; sin embargo, la fuerte carga de publicación ha supuesto la ruina para todas ellas. No obstante, estos intentos no cesan – aunque creo que esta vez será diferente – y ahora es el turno de Moztros.

En apenas dos años, Moztros ha sabido buscar su nicho en el mercado nacional. Si bien es cierto que sus inicios se caracterizaron por una publicación un tanto alocada de títulos, ha sabido hacer las lecturas correctas de aquellos meses y centrar sus esfuerzos en mantener los títulos de mayor interés. En la actualidad, su actividad es digna de admirar: publican un número moderado de títulos al mes, y además dedican gran parte de su actividad a difundirlos como ninguna otra editorial de este país.

Entre sus proyectos siempre estuvo traer de vuelta a Valiant, y para ello han publicado algunos de sus títulos como este “Bloodshot: desatado” pero sin volverse locos. Este tomo nos cuenta las aventuras de Bloodshot intentando dar caza a experimentos fallidos del gabierno como él mismo. No hay mucho más, solo acción y violencia que es lo que se espera de este personaje. Un total de 4 historias cortas del personaje que sin duda sirven perfectamente como punto de entrada al personaje.

Personalmente nunca había leído nada de él, ni tampoco ví la fallida película de Vin Diesel en su día, con lo que no sabía con qué me iba a encontrar; y me encontré una mezcla entre Wolverine y Punisher con un trasfondo mínimo. Un tebeo entretenido de macarrosa acción, pero sin segundas lecturas. Es cierto que el cambio de dibujante le juega una mala pasada, pero tampoco me ha parecido insoportable. Creo que es un tebeo correcto y que puede tener su interés si te pica la curiosidad con el personaje. 

febrero 12, 2024

Night Fever - Reseña

Pocas normas son absolutas en su totalidad, pero en el mundo del cómic existe una muy evidente: todos los trabajos del más que consolidado equipo integrado por Ed Brubaker, Sean Philips y, más recientemente, Jacob Philips son una absoluta maravilla. Sencillamente esta es una realidad inamovible, y no parece haber réplica posible. Es por ello que en este blog no acostumbro a hablar de ellos o a recomendarlos. La recomendación es algo intrínseco a todos sus tomos. Cuando se publica uno nuevo, simplemente hay que hacerse con una copia, sentarse – porque claramente este pasa a ser la prioridad número 1 en la lista de lectura – y disfrutar de una lectura de calidad.

No obstante, siempre hay detractores. En este particular caso, existe cierto sector de lectores que acusa a este trio de realizar todas las historias iguales. Ante esta crítica, diré que algo de razón tienen;  al fin y al cabo, todos pueden englobarse dentro del genero negro. Sin embargo, también diré que, aunque todas las obras responden a la misma fórmula – esto último cogido con pinzas – es una fórmula excelente.

En cualquier caso, en esta su última obra, han decidido añadir un poco de filosofía de vida extra dirigida a la gente inmersa en la crisis de mediana edad. Jonathan Webb, protagonista de “Night Fever”, se encuentra frustrado por esta misma crisis, y durante un viaje de trabajo a Europa decide dar rienda suelta a sus instintos más básicos y “vivir” la vida que en su día dejó desechar. Sin embargo, durante su aventura no todo sale como él esperaba, y es la propia trama quien le hace pensar hasta qué punto no mereció la pena abrazar esta vida.

Esta reflexión de manera natural salta al lector y, mientras que en sus otras obras cierras la última página y “ya está”, esta te deja un ratito pensando en las grandes decisiones que has tomado en tu vida y en si estas merecieron la pena.

Es precisamente este factor el que me ha llevado a escribir sobre esta obra. Así que dedico esta reseña a los detractores de estos tomos, e invito a que lean este por el añadido extra al estilo habitual Brubaker-Philips. Obviamente, no obvio que el dibujo pergeñado entre padre e hijo Philips es delicioso y una maravilla hecha trazo; pero ¿Cuál no? 

febrero 05, 2024

Patos: dos años en Arenas Petroliferas - Reseña

Desde hace un año, Kate Beaton no para de recibir reconocimiento y elegios por este trabajo; y es que diría que ha ganado algún premio en todas las galas en las que ha participado. Premios tan prestigiosos como los Canadian Reads o los Premios Eisner. Incluso el propio Barck Obama lo recomendaba como uno de los mejores libros del 2022. Pero ¿a qué se debe tanto revuelo?

Beaton nos cuenta a través de sus páginas su experiencia personal durante dos años en explotaciones petrolíferas. Su historia comienza cuando debe afrontar el pago del crédito que pidió para poder cursar sus estudios universitarios. Estudios que no le dieron herramientas suficientes para poder afrontar semejante deuda, por lo que se ve obligada a viajar al oeste de Canadá a trabajar en las explotaciones petrolíferas. De este modo podrá conseguir abundante dinero y, lo que es más importante, lo podrá conseguir rápido para así poder comenzar cuanto antes su carrera en letras, que es lo que realmente le gusta. Pero lo que mucho vale mucho cuesta, y se encontrará ante una dura labor, con jornadas a destajo y duras temperaturas.

Por si no tuviera suficientes dificultades, se le presentará una nueva con la que ella no parecía contar – o no del todo – es una mujer en un entorno en el que la presencia masculina es mayoritaria. Además, podéis imaginar que no se tratará de hombres especialmente educados. Por tanto, el acoso, menosprecio e incredulidad estarán a la orden del día.

Observad que en solo la sinopsis de la historia ya se pueden identificar varios elementos a criticar. Primeramente, tenemos el sistema de becas universitarias en Canadá – que, aunque se nos haga un poco ajeno, vemos que no difiere en exceso del EEUU –. La dicotomía entre la explotación petrolífera como único medio para poder hacer fortuna y el medio ambiente, quizá no sea muy evidente al comienzo de la historia, pero a medida que la lectura avanza va haciéndose palpable. Y, finalmente, el evidente machismo.

A este respecto quiero comentar dos posturas ante este apartado. He oído comentar que este es un tebeo que toda mujer debe leer, por el fiel retrato que plantea de la sociedad. No soy mujer, y quizás sí que sea así; pero opino que este tebeo es indispensable para todos los hombres. De este modo podremos identificar en nosotros mismos actitudes que, aunque no tienen por qué hacerse con mala intención, pueden ser nocivas y perjudiciales para la integridad de las personas que tenemos al lado.

A su vez, y al hilo de lo anterior, he llegado a leer que este es un tebeo mediocre y que solamente se alaba por ser un exponente de la “cultura woke” tan imperante hoy en día. Con todos mis respetos, pero este es el modo con el que rápidamente se identifica a las malas personas. Es cierto que el comic no es perfecto, y comete ciertos errores como algunas perdidas de rácord, o querer abarcar demasiados elementos dentro de la misma obra. En ese sentido es un trabajo muy extenso, y es una tarea colosal darle vida sabiendo que es el trabajo más ambicioso de su autora. Puedo comprender que el dibujo no agrade a todo el mundo, pero de ahí a decir que es malo, es de no haber leído mucho comic. En lo que en narrativa se refiere apenas hay fallas, y es muy inteligente compensar la simpleza de la viñeta con poco dialogo; por lo que esa es una crítica un tanto invalida y subjetiva.

Sea como fuere, el ejercicio que la autora canadiense plantea es absolutamente desgarrador, y querer simplificarlo en “ya está otra vez el mainstream quedando bien para vender” es incluso escandaloso. Denota que este lector o bien no ha entendido la obra, o bien no ha dejado de leer el tomo al primer atisbo de feminismo – lo cual parece más probable –. Más aun sabiendo que Beaton reitera que esta es su experiencia personal y que no necesariamente todo entorno petrolífero es así.

Desgraciadamente, puede que no de forma tan extrema, pero a día de hoy los entornos industriales siguen manteniendo mucho de lo que se señala en el comic. Puede que gracias a las redes sociales y a los dispositivos con cámara se denuncien y expongan más que en aquella época (la tecnología ha evolucionado mucho desde 2005). No obstante, es una realidad que sigue existiendo y por es ello que este tipo de obras son absolutamente necesarias aun hoy.

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