Es en este entorno donde los autores se sienten más libres
para crear, probar o, en definitiva, publicar obras más complejas, de autor o
de nicho. Prueba de ellos son autores como Borja González, Lorena Varea, Cesar
Sebastián o los culpables de que hoy tratemos este comic en particular.
El pasado abril “Alkaios” irrumpía en las librerías
de todo el país como un elefante en una cacharrería. Para sorpresa de sus
autores, Juanma Mallen (guion) y Adrián Bonilla (dibujo), el tebeo recibió una
gran acogida por parte de los lectores. No es para menos, pues este comic tiene
una apariencia digna de la mejor edición de lujo de cualquier comicbook
americano; así como una portada potente, que, sin lugar a dudas, entra por los
ojos.
El tebeo nos presenta a Alkaios, que no es otro que
el viejo Hércules. Cansado de la vida, según parece, fingió su muerte en el
pasado y se retiró a tierras lejanas en compañía del león de nemea (o leona
según descubriremos), quien tampoco parece haber sufrido el destino que se nos
había contado en el mito griego.
No me atrevo a dar una premisa más detallada del tomo, pues
personalmente lo he encontrado muy confuso en lo que a guion se refiere. Es
ampliamente palpable que se trata de la primera obra escrita por esta dupla; no
por ser una mala obra, sino por querer abarcar demasiados conceptos, tramas y
recursos. Diría que en muchos pasajes esto llega a saturar al lector pues son
demasiados los estímulos que se reciben por página. Esto trae consigo que no
quede muy claro qué es lo que los autores nos quieren contar; si es una
historia, o pequeños fragmentos para demostrar las filigranas que son capaces
de hacer. Para ello imagino que habrá que esperar al siguiente tomo...
No obstante, si por algo destaca está obra es por su dibujo.
Entintado en blanco y negro la capacidad de ilustración de Adrián Bonilla no
tiene límites. Posee un acabado impecable digno de los mejores tebeos
americanos; lo cual le juega a favor, ya que claramente las inspiraciones en “El
Regreso del Caballero Oscuro” o “El Viejo Logan” están muy presentes.
Sin embargo, sí que destacaría que su capacidad narrativa peca en algunas
viñetas, lo cual hace que vuelva a ser evidente el hecho de que se trata de su
primera obra.
Está claro que no destacaría este tebeo como una gran obra, pero sí que hay que reconocer que es un ejercicio de autoría propia y muy valiente. Un ejercicio en el que sus autores no vienen a presentar lo mismo de siempre, nada de eso. Es una gran apuesta que creo ha servido a sus autores para demostrar que poseen un potencial y una capacidad más que destacables. Y que bien manejadas darán fruto a grandiosas historias en el futuro. Por lo pronto veremos cómo finalizan esta historia, pero de momento cuentan con mi curiosidad.
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