El primer volumen de la serie se publicó en Francia a
finales del 2018 de la mano de los autores Gaët’s (guion) y Julien
Monier (dibujo y color) en la editorial Petit a Petit. Al
igual que aquí, poco a poco la serie se convirtió en un gran éxito,
consiguiendo un Premio Cómic Quais du Polar en el 2020 por su segundo
volumen.
El primer volumen presenta la historia de un grupo de
trabajadores que se dedica a vaciar las casas de la gente que muere sin
descendencia o sin familia directa, por lo que sus pertenecías no tienen dueño.
En la mayoría de las ocasiones las muertes son notificadas por vecinos que
notan extraños olores, o porque llevan meses sin verlos; por lo que, por lo
general, los cadáveres que encuentran están en descomposición y la suciedad en
las viviendas es más que notable. Es un trabajo duro y asqueroso, reservado
para gente de la case más baja.
La primera entrega está protagonizada por Derrick,
que, con intención de conseguir una mejor vida, mientras vacían la casa de una
ricachona roba una sortija de valor incalculable. Dado el valor que tiene, la
familia lejana de la fallecida reclama la sortija, lo que hace que se siembre
la discordia entre los compañeros.
Siendo esta la premisa, es curioso cómo se guioniza la serie.
La historia no avanza en cada tomo, sino que en el primer tomo se presenta el
inicio y el final de la misma. A cambio, en cada uno de los tomos siguientes se
presenta la misma historia, pero desde el punto de vista de un personaje
secundario en del primer volumen. De este modo, la trama principal se complementa
con subtramas, se resuelven incógnitas y se crea una historia mucho más
compleja de lo que parecía a priori.
Pese a que la temática de la obra es sucia y sus personajes
son particularmente desagradables, Monier tiene el buen gusto de ofrecer
un dibujo muy limpio sin recrearse en lo escatológico. Tiene un delineado muy
fino, con muy pequeña carga de tintas, dejando grandes espacios para las
acuarelas y que así el dibujo respire. En definitiva, un estilo muy BD bastante
atrayente.
Para la absoluta inmundicia que representa en ciertos
pasajes, en ningún momento transmite un asco vomitivo (más allá del imaginado
por el lector). No obstante, sí que resalta de un modo muy ilustrativo los
elementos que están diseñados para causar rechazo: los personajes transmiten la
mala apariencia que deben, quedan muy diferenciados los lugares mugrientos de
los que no…
Es impresionante cómo todos los elementos se disponen para
causar asco y/o rechazo, pero, a la vez, la obra es absolutamente adictiva. Y
es que, pese a que su temática parezca reservada a un pequeño nicho de
lectores, la historia presenta un thriller apasionante; y por ello presenta
un factor distintivo respecto a otras historias del género. Tiene ese elemento
en común con aquellos programas de la televisión sobre criminales: nos plantean
algo que rechazamos, pero el misterio, la intriga y el morbo nos hacen que no
nos podamos despegar del asiento. Además, no solo es que no se pueda dejar de
leer, sino que al acabar cada tomo deja con ganas de más; cosa que, según
parece, también les pasa a sus autores.
En origen sólo iban a ser 4 álbumes, pero en Francia acaba
de salir el quinto y parece que mínimo va a haber uno más. Esperemos que eso no
haga que la calidad se vaya diluyendo por querer estirar demasiado el chicle.
En cualquier caso, en España acaba de salir el cuarto y sigue siendo tan
recomendable como el primer día.
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