diciembre 21, 2022

Gannibal - Reseña

En reiteradas ocasiones se ha repetido en este mismo blog que el terror es un género atemporal, una garantía de éxito para con el lector y, sin duda, un género al alza en el tebeo. De hecho, se puede ver fácilmente tan solo navegando entre las diferentes reseñas de este mismo canal: “Hay algo Matando Niños”, “Soy Quien Amas en la Sombra”, “Ice Cream Man”

Este auge no se ciñe exclusivamente al comic americano, también en Europa se hacen grandes comics de terror; incluso en nuestro propio país. No obstante, hasta el grandioso Juan Torres ha confesado verse influenciado por los maestros del género en la actualidad: los mangakas japoneses.

La interpretación que los nipones hacen del terror nos es muy atrayente, pues difiere bastante de nuestra forma de expresarlo. En occidente, los autores juegan con altibajos de dramatismo; es decir, en una escena la tensión es brutal y en la siguiente relajan para que el lector pueda afrontar el próximo pico de intensidad. Sin embargo, los japoneses cuentan la historia con un agobio constante e in crescendo durante toda la obra. Este es precisamente el caso de la obra que hoy analizamos.

Arechi Manga nos trae una de las obras que más fuerte está pisando del terror japones escrita por Masaaki Ninomiya: “Gannibal”. En ella nos presentan a Daigo Agawa, un agente de policía que recientemente ha sido destinado a un pequeño pueblo: Kuge. El pueblo y sus habitantes parece muy agradables a primera vista. Sin embargo, rápidamente conocemos la trágica historia del jefe de policía al que Agawa sustituye; y es que, nuestro protagonista acude al pueblo porque su principal agente ha desaparecido en extrañas circunstancias, según parece a causa de la locura. Antes de desaparecer, la demencia lo condujo a generar el rumor de que los lugareños eran caníbales. No obstante, poco a poco Daigo Agawa va descubriendo que el pueblo esconde más de lo que dice y que, a lo mejor, su sucesor no estaba tan loco como parecía…

La constante incertidumbre hace del guion un gran ejemplo de lo arriba expuesto. Genera en el lector una tensión constante que va en aumento según avanza la trama. Además, los acontecimientos que se desarrollan en el comic – sin ánimo de entrar en mucho spoiler – están dispuestos de una manera muy inteligente, dosificando la información en la justa medida para que el lector quede absolutamente enganchado.

Por otro lado, el dibujo de Ninomiya es una autentica maravilla. Puede ser excesivamente explicito y desagradable en ciertos pasajes; aunque supongo que esa es la meta a lograr en un tebeo de esta temática. Lo más impactante es el uso de las expresiones faciales; cómo transmite esa doble sensación de que los personajes están fingiendo amabilidad y, a su vez, se aprecia que en el fondo ocultan unas intenciones perversas.

La serie está cerrada ya en japón. En España por el momento tenemos 3 números publicados y la serie no hace más que mejorar; por lo que deberemos seguir viendo cómo evoluciona. Eso sí, si el nivel se mantiene, tiene potencial para convertirse en una obra de culto. Un imprescindible para los amantes del género.

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