Vistos los hechos que se suceden en “Battlefields: La
Luciérnaga y Su Majestad”, cabe pensar que tampoco puede haber ya grandes
para este personaje. Sin embargo, Garth Ennis tiene un as en la manga, y
es que en este tomo abandonamos la Segunda Guerra Mundial y nos adelantamos
seis años en el futuro, en la Guerra de Corea.
La guerra de Corea es un conflicto mucho menos conocido por
razones obvias, como la falta de cercanía o mayor focalización del terreno en
conflicto. No obstante, la cantidad de países que en este conflicto tomaron
parte de manera “indirecta” es abrumadora. Además, se trata del primer
conflicto desencadenado por la guerra fría, aunque las tensiones venían
acumulándose desde bastante tiempo atrás.
Uno de los países involucrados en este conflicto fue Reino
Unido, hecho que el autor irlandés aprovecha para situar a nuestro sargento
favorito en este apasionante contexto. De hecho, esa es su propuesta: “Battlefields:
Por Verdes Praderas” nos presenta a Stiles y a Frankie,
hermano del artillero de “Battlefields: Los Tanquistas”, inmiscuyéndose
de manera hilada en varios conflictos como la batalla del río Imjin o la
defensa de la Colina 235. Pero ¿qué batallas son esas?
Sin duda, y como apuntaba antes, para muchos estos hechos
pueden ser absolutamente desconocidos. Sin embargo, y para variar, la edición
de Aleta cuenta con más extras que nunca, dándonos el contexto de cada
una de estas batallas antes de comenzar el número. A su vez, volvemos a contar
con notas de Ennis al final del tomo que hace las veces de contextualización y
de oda al grupo de los Tanquistas.
Para completar mi opinión debo hacer SPOILERS de “Battlefields:
La Luciérnaga y Su Majestad”, así que si no lo has leído te recomiendo
que lo hagas antes de seguir.
Para sacar la puntilla, diré que me hubiera gustado que se
ahondara un poco más en porqué Stiles desea volver a la guerra tras la
explosión. Se da a entender que después de tanto tiempo de guerra no es capaz
de acomodarse en la vida de civil, y que de algún modo no es capaz de vivir sin
guerra; pero esto es un proceso psicológico complicado y considero que no se le
da el tratamiento que merece.
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