No obstante, siempre hay detractores. En este particular
caso, existe cierto sector de lectores que acusa a este trio de realizar todas
las historias iguales. Ante esta crítica, diré que algo de razón tienen; al fin y al cabo, todos pueden englobarse
dentro del genero negro. Sin embargo, también diré que, aunque todas las obras
responden a la misma fórmula – esto último cogido con pinzas – es una fórmula
excelente.
En cualquier caso, en esta su última obra, han decidido
añadir un poco de filosofía de vida extra dirigida a la gente inmersa en la
crisis de mediana edad. Jonathan Webb, protagonista de “Night Fever”,
se encuentra frustrado por esta misma crisis, y durante un viaje de trabajo a Europa
decide dar rienda suelta a sus instintos más básicos y “vivir” la vida que en
su día dejó desechar. Sin embargo, durante su aventura no todo sale como él
esperaba, y es la propia trama quien le hace pensar hasta qué punto no mereció
la pena abrazar esta vida.
Esta reflexión de manera natural salta al lector y, mientras
que en sus otras obras cierras la última página y “ya está”, esta te deja un
ratito pensando en las grandes decisiones que has tomado en tu vida y en si
estas merecieron la pena.
Es precisamente este factor el que me ha llevado a escribir sobre esta obra. Así que dedico esta reseña a los detractores de estos tomos, e invito a que lean este por el añadido extra al estilo habitual Brubaker-Philips. Obviamente, no obvio que el dibujo pergeñado entre padre e hijo Philips es delicioso y una maravilla hecha trazo; pero ¿Cuál no?
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