La mayoría de las reseñas que leí antes de hacerme con una
copia de este venían a decir que “no tiene nada especial y lo tiene todo”; es
decir, que no reinventa la rueda, pero es una gran historia. Esto me hizo
pensar que sería perfecta para ser mi primera lectura en del género, pero cuál
fue mi sorpresa al acabar de leerlo…
Afro Samurai nos cuenta una historia de venganza. No hay más
que eso. Cualquier elemento personaje o acción que pueda romper con ese hilo
conductor es rápidamente eliminado de la historia, generalmente mediante una
lucha. Todos sus personajes están absolutamente desdibujados, lo cual es
inevitable con esa trama. Todo lo que no sea la venganza de su protagonista no
tiene cabida en la historia, así que ¿para qué darle más trasfondo?
Por otro lado, siendo una historia tan sencilla cabría
esperar que el dibujo fuera el elemento destacado de este manga: grandes dosis
de violencia, combates y luchas bien narradas. Nada más alejado de la realidad.
El dibujo lo he encontrado confuso, torpemente ejecutado y hasta desganado. La
narración se pierde entre viñetas y en varias ocasiones no queda para nada
claro qué está pasando.
Por último, especial mención a la edición de Panini Manga,
ya que con ella tengo muchos claroscuros. Me gusta mucho que se recopile una
obra de tan corta duración en un único volumen. Me gusta el tamaño que le han
dado a las páginas, siendo más grandes que las de un comicbook normal.
Sin embargo, detesto que las hayan invertido para darle una lectura occidental
al tomo. Entiendo que se ha hecho para poder añadir la entrevista a Takashi
Okazaki al final, pero por dos páginas de texto se ha perdido la cohesión y
narrativa originales de todo el tomo.
Tampoco es un fracaso absoluto, pero para mi no tiene nada.
Ni inventa la rueda, ni es una gran historia. ¿Entretenida? A ratos si y a
ratos es incluso tediosa. Creo que este es un claro ejemplo de lo que es para mí
un manga mediocre.
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